¿Estoy demasiado gordo para irme de vacaciones? El miedo de los gordos a viajar. - Snag

¿Estoy demasiado gordo para irme de vacaciones? El miedo de los gordos a viajar.


¿Ha tenido alguna vez un ataque de pánico porque le preocupa no caber en un asiento?

Podría ser cualquier asiento. En un restaurante, en un teatro, en un avión.

Cada vez que veo una silla con brazos, se me revuelven las tripas. Y ni hablar de los reservados de los restaurantes o las tumbonas. Olvídate de los fantasmas y los hombres del saco, las sillas me dan un pánico increíble.

Puede sonar dramático exaltarse tanto por un asiento. Pero para los gordos es una realidad. Nos vemos obligados a apretujarnos en un mundo que no es lo bastante grande para nosotros. Nos vemos obligados a apretujarnos en un mundo que no es lo bastante grande para nosotros.

Es suficiente para que nunca quieras salir de casa.

Y para ser sinceros, muchos no lo hacemos. Mucha gente elige quedarse en casa en vez de salir, porque es más fácil, porque en casa se está seguro. En casa no se ríen de ti. No puedes sentir las burlas en tu espalda cuando caminas por una calle abarrotada. No puedes sentir la vergüenza de pedir un extensor de cinturón de seguridad en un avión, y preocuparte por la reacción que habrá cuando lo hagas.

Vivir la vida

Tantos momentos de la vida que deberían ser normales se ven empañados por el hecho de que soy más grande. Que no hay sitio para mi cuerpo, así que debería avergonzarme.
Por eso viajar es un campo de minas para los gordos. Se supone que las vacaciones son divertidas. Una oportunidad para relajarse explorando nuevos lugares, empapándose de cultura y nuevas experiencias y comiendo platos increíbles. Pero cuando el mundo te juzga únicamente por el aspecto de tu cuerpo, no puedes disfrutar de las vacaciones de tus sueños. Si te atreves a salir, te invade la ansiedad y el estrés.

Ha habido innumerables ocasiones en las que he querido cancelar un viaje. Me he agobiado tanto por poder viajar en avión que he llegado a pensar: ¿para qué me molesto?

Nunca más

Una vez tuve una mala experiencia al volver de Japón, cuando el joven que ocupaba el asiento de al lado obligó al personal de cabina a buscarle otro asiento, después de pasar media hora sentado junto a mi cuerpo aparentemente gargantuesco, resoplando y resoplando por el hecho de que yo era demasiado grande.

Estaba mortificada.

No me malinterpreten, no quiero ocupar su espacio. Durante 16 horas estuve dispuesta a contenerme lo mejor que pude, a meter los brazos en mí misma, a no levantarme nunca y a hacerme lo más pequeña e insignificante posible para que este hombre pudiera tener un vuelo razonablemente cómodo.

Esto no era suficiente, y me sentí fatal. Me sentí fatal porque tuviera que mudarse, pero también me sentí fatal por mí. Y en ese momento yo era una talla 22, me da miedo pensar lo que diría ahora si estuviera pegado al lado de toda mi gloria de talla 28.

Son experiencias como éstas las que hacen que no vuelvas a poner un pie en un avión. Que te hagan desistir de irte de viaje de por vida por miedo a enfrentarte a sentimientos de vergüenza y bochorno.

Pero incluso si por algún milagro cabes en el asiento, seguro que no estarás cómodo. En los últimos viajes en avión que he hecho ni siquiera he podido bajar la mesa del asiento porque me estorbaba la barriga. Tuve que renunciar a cenar en mi largo viaje a Estados Unidos porque no tenía dónde poner la cena.

"¿Está seguro?", preguntó una azafata preocupada.

"No tengo hambre he dicho", dije.

No tengo elección, pensé, parpadeando para contener las lágrimas.

"Sólo pierde peso"

Estoy seguro de que muchos de ustedes estarán pensando "Bueno, si es un problema tan importante, entonces simplemente pierdan peso", y Dios me gustaría que fuera tan simple. Perder peso es difícil y lleva tiempo. ¿Se supone que debo esconderme en un armario hasta entonces? ¿Hasta que la sociedad me considere digna de su tiempo y su espacio?

E incluso si pierdes peso, el 90% de la gente acaba recuperándolo. Así que es seguro decir que voy a estar gorda por un tiempo. ¿Desearía no estarlo? Todos los días de mi vida. Pero eso no va a impedir que me divierta. No me verás sentada en casa en una habitación oscura esperando a que pase el día.

Voy a salir ahí fuera y vivir, y si eso significa que tengo que sentirme mal y parpadear lágrimas de ansiedad y vergüenza mientras lo hago, entonces supongo que eso es lo que tengo que hacer.

Pero ojalá no fuera tan difícil.

Porque hasta que no has llorado en un restaurante porque físicamente no cabes en el taburete que te han proporcionado, o te has hecho moratones en los muslos por apretujarte en un asiento en el teatro, o te has preocupado tanto por caber en un asiento de avión que sientes que te vas a poner malo en cualquier momento, y piensas que mejor no te vas de vacaciones para ahorrarte la molestia.

Hasta que no pasas por eso, no tienes ni idea de cómo es.
Ojalá fuera diferente. Viajar no es "talla única" y me gustaría que la gente se diera cuenta de ello. Los gordos tienen derecho a viajar como cualquier otra persona. Tienen derecho a ocupar espacio como los demás. Si la gente fuera un poco más amable cuando intento navegar por el campo de minas que son mis vacaciones de verano, quizá no tendría que sentir tanto miedo.

Espero que el mundo sea diferente. Espero que algún día encaje.


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